Los hechos acontecidos en Monterrey en los últimos días (los narco-bloqueos, los dos estudiantes asesinados por fuego militar y las negociones de alcaldes con criminales) han regresado el tema del Estado Fallido a discusión. Son varios los que me han comentado que es exagerado catalogar a nuestro país como un Estado Fallido, pero también son varios los que me han dicho que sí es fallido.
Para tratar de formalizar la discusión voy a darle un acercamiento académico al concepto de Failed State para a partir de ciertas ideas determinar si somos o no un Estado Fallido.
Los Estados Fallidos no son un concepto nuevo. La idea ya se manejaba en el Leviatán de Hobbes cuando se hacía referencia a los daños que había recibido Inglaterra por la armada española durante 1588. En el mundo académico apareció el concepto hace aproximadamente una década, sin embargo el término comenzó a gestarse en la década de 1960, cuando la expresión empieza a adoptar algunas características actuales.
En la década de los 60 la ONU calificó a la colonización como un proceso que atentaba contra los Derechos Humanos y contra la carta de esa organización. A partir de ahí el proceso de descolonización en África dio origen a numerosos Estados reconocidos por la comunidad internacional, pero con solo pretensiones doctrinales de soberanía más que realidades políticas. Las bases económicas y políticas de esos países fracasaron para iniciar una etapa de desarrollo. Esto dio origen al concepto de quasi-Estados, idea que antecede a la de Estado Fallido.
Cuando termina la Guerra Fría las dos súper potencias perdieron el interés en apoyar a los países subdesarrollados, dando pie así a un incremento de países débiles, el surgimiento de movimientos independentistas y el desarrollo de más operaciones de establecimiento o mantenimiento de la paz y de intervenciones humanitarias. Es en esta época donde surge el concepto de Estado Fallido, pero sin la concepción de un fenómeno generalizado (se veía como un problema regional aislado).
Fue a finales de los 90s que el concepto de Estado Fallido abandona su lado humanitario para posicionarse como un término que resguarda amenazas para la seguridad internacional. Esta idea alcanzó su clímax a nivel internacional después de los atentados del 11 de septiembre. La Doctrina Bush adopta este concepto para tratar de minimizar los escenarios de ingobernabilidad y violencia propicios para la aparición de redes terroristas (por esta razón algunos creen que el concepto tiene un origen imperialista).
En un sentido más teórico, la definición de Failed State se usó por primera vez por Gerald Herman y Steven Ratner (1993). Ellos se referían a un Estado que se estaba volviendo incapaz de sostenerse a sí mismo como miembro de la comunidad internacional, poniendo así en riesgo a sus ciudadanos y a los países vecinos.
Para Robert H. Jackson los Estados Fallidos no pueden garantizar seguridad domestica, orden y paz, debido principalmente a sus deficiencias políticas. Para Michael Nicholson los Estados que fallan son aquellos que fracasan en dos sentidos: no pueden ofrecerle a sus ciudadanos lo básico como seguridad y estabilidad y además fracasan al no poder operar en el sistema internacional como actores.
Para tratar de formalizar la discusión voy a darle un acercamiento académico al concepto de Failed State para a partir de ciertas ideas determinar si somos o no un Estado Fallido.
Los Estados Fallidos no son un concepto nuevo. La idea ya se manejaba en el Leviatán de Hobbes cuando se hacía referencia a los daños que había recibido Inglaterra por la armada española durante 1588. En el mundo académico apareció el concepto hace aproximadamente una década, sin embargo el término comenzó a gestarse en la década de 1960, cuando la expresión empieza a adoptar algunas características actuales.
En la década de los 60 la ONU calificó a la colonización como un proceso que atentaba contra los Derechos Humanos y contra la carta de esa organización. A partir de ahí el proceso de descolonización en África dio origen a numerosos Estados reconocidos por la comunidad internacional, pero con solo pretensiones doctrinales de soberanía más que realidades políticas. Las bases económicas y políticas de esos países fracasaron para iniciar una etapa de desarrollo. Esto dio origen al concepto de quasi-Estados, idea que antecede a la de Estado Fallido.
Cuando termina la Guerra Fría las dos súper potencias perdieron el interés en apoyar a los países subdesarrollados, dando pie así a un incremento de países débiles, el surgimiento de movimientos independentistas y el desarrollo de más operaciones de establecimiento o mantenimiento de la paz y de intervenciones humanitarias. Es en esta época donde surge el concepto de Estado Fallido, pero sin la concepción de un fenómeno generalizado (se veía como un problema regional aislado).
Fue a finales de los 90s que el concepto de Estado Fallido abandona su lado humanitario para posicionarse como un término que resguarda amenazas para la seguridad internacional. Esta idea alcanzó su clímax a nivel internacional después de los atentados del 11 de septiembre. La Doctrina Bush adopta este concepto para tratar de minimizar los escenarios de ingobernabilidad y violencia propicios para la aparición de redes terroristas (por esta razón algunos creen que el concepto tiene un origen imperialista).
En un sentido más teórico, la definición de Failed State se usó por primera vez por Gerald Herman y Steven Ratner (1993). Ellos se referían a un Estado que se estaba volviendo incapaz de sostenerse a sí mismo como miembro de la comunidad internacional, poniendo así en riesgo a sus ciudadanos y a los países vecinos.
Para Robert H. Jackson los Estados Fallidos no pueden garantizar seguridad domestica, orden y paz, debido principalmente a sus deficiencias políticas. Para Michael Nicholson los Estados que fallan son aquellos que fracasan en dos sentidos: no pueden ofrecerle a sus ciudadanos lo básico como seguridad y estabilidad y además fracasan al no poder operar en el sistema internacional como actores.
Daniel Thürer ve el término de Estado Fallido como referente del colapso total o parcial de las estructuras y/o instituciones encargadas de mantener el orden y el imperio de la Ley en un país (todo esto acompañado por una ola de violencia). Esta idea se acerca a la de Estado colapsado, sin embargo hay una diferencia. En Estado colapsado es un Estado Fallido en grado avanzado.
Thürer también señala que un Estado Fallido, a pesar de retener su capacidad legal, ha perdido las facultades para ejercerla. Aquí el Estado pierde el monopolio de la fuerza y se da pie al desmoronamiento de las instituciones que deben garantizar la seguridad y la estabilidad (generalmente esto se ve cuando cuerpos de policía, las Fuerzas Armadas y los órganos judiciales ya no pueden operar correctamente).
Desde un punto de vista sociológico el concepto se puede ver desde la concepción de dos autores. Desde la lógica de Max Weber el Estado ha perdido su núcleo, ha perdido el monopolio de la violencia física, esto es que los órganos encargados de brindar seguridad y de aplicar la Ley han colapsado o han comenzado a ejercer actividades para las que no fueron creadas (desde la lógica del mismísimo Max Weber México sí es un Estado Fallido). Esto sugiere que el orden y la seguridad han sido destruidos y por lo tanto se ha retrocedido a un estado de guerra hobbsiano.
Por otro lado Robert H. Dorff sostiene que los Failed States son aquellos que han perdido su capacidad para desempeñar sus tareas básicas inherentes y por lo tanto pierde también su legitimidad. Esto genera una espiral de violencia donde la falta de apoyo y aceptación le impide al gobierno regenerar las áreas que presentan más deficiencias.
Analizando todo lo anterior es posible ver que el concepto de Estado Fallido se ha convertido en un significante en poco tiempo. Esto hace complicado su uso, pero tratando de condensar las ideas de los autores anteriormente citados podemos señalar características comunes: incapacidad de los órganos del gobierno de brindar seguridad y estabilidad, pérdida del monopolio del uso la fuerza e imposibilidad de ejercer el imperio de la Ley. Estas características embonan perfectamente en la realidad política de México, por lo que puedo afirmar que nuestro país sí es un Estado Fallido.
Por favor analícenlo y comenten y/o propongan algo al respecto.
Bonus-Pack.- Los chistes ya están listos, antes de que termine semana santa estarán en Youtube.
Napococo
http://twitter.com/NapococoBarrera