domingo, 27 de marzo de 2011

¿Por qué Eruviel?

No hay duda de que Eruviel Ávila no era el mejor candidato con el que contaba el PRI en el Estado de México, pero sí era uno de los que tenía los incentivos suficientes para irse a la Alianza PAN-PRD. ¿A que me refiero? Abajo lo explico con más detalle.

Hace un par de semanas me reuní con algunos aliancistas que estaban convencidos de que la Alianza iba con o sin consulta. Les pregunté que cuál sería el candidato de dicha Alianza y me respondieron que sería un priista inconforma con la selección de candidatos de ese partido (come si hizo en algunos otros estados). Tomando esto en cuenta, creo que Eruviel era uno de esos posibles candidatos.

Videgaray, Nemer y del Mazo son tipos cercanos al gobierno y estrechados a él por lazos familiares, de compadrazgo o de tradición. Ninguno de ellos le podría dar la espalda a Peña ni al grupo Atlacomulco, pero Eruviel sí. El dos veces alcalde de Ecatepec es un tipo a alejado Peña Nieto y no posee fuertes vínculos a la dinámica de los que conforman el famoso bloque de Atlacomulco. Haberlo dejado fuera de la contienda lo hubiera dejado franco ante la Alianza PAN-PRD.

La otra razón por la que lo seleccionaron fue porque él es el que mejor conoce a los grupos de poder de Ecatepec. Recordemos que el Ayuntamiento de Ecatepec cuenta con un millón 203 mil 230 votantes (representan cerca de 12 por ciento de los 10 millones 66 mil 521 inscritos en el padrón electoral del estado de México). ¡un millón 203 mil 230 votantes! Haberle dejado esto a la Alianza hubiera sido costosísimo.

Entonces ¿Por qué Eruviel?


  1. Es uno de lo que no iba a sumarse al PRI si quedaba descartado del proceso interno.

  2. Conoce muy bien al municipio que cuenta con el mayor padrón electoral del país.

A los que crean que Eruviel fue seleccionado por ser la mejor opción, les mando un beso en la frente.



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domingo, 13 de marzo de 2011

¿Qué está pasando en el Mundo Árabe y en el Medio Oriente?

Sharia don’t like it, Rock the Kasbah.
Canción de The Clash.

En su columna del The Independent, Robert Fisk, expresaba que el terremoto que vive el Medio Oriente ha sido el más tumultuoso en la historia de la región desde la caída del Imperio Otomano. Sin duda esto no es una exageración, pues las insurrecciones populares que presenciamos han comenzado a transformar el orden internacional actual y a reconfigurar la geopolítica de la región.

Con el fin de dar una explicación que vaya más allá de un reportaje o una nota tipo Televisa, me gustaría dar respuesta en este breve ensayo a las siguientes interrogantes: ¿Cuáles han sido los factores que han desatado las revueltas populares? Y ¿Cuáles han sido los elementos que han permitido el rápido contagio de los movimientos en los países de la región?

En las próximas líneas daré respuesta a estas interrogantes, pero antes haré algunas precisiones teórico-conceptuales que considero pertinentes para entender con mayor precisión el problema. Los medios de comunicación y los líderes de opinión han manejado los términos de Mundo Árabe, Mundo Islámico y Medio Oriente como sí estos fueran sinónimos, pero la verdad es que cada uno de ellos posee referentes distintos. El término de Mundo Árabe hace referencia a los países que tienen al árabe como se lengua oficial (este concepto es más amplio y por ende podría sustituir mejor al de Medio Oriente). Por otro lado, el Mundo Islámico se refiere a las regiones y países del mundo donde se profesa el Islam (Indonesia es el país con mayor número de musulmanes y esta a miles de kilómetros del Medio Oriente). Finalmente, el significado de Medio Oriente es de tipo geográfico y se enfoca a un grupo de países que pueden variar según los autores que lo manejen. Algunos van de Egipto a Irán, pero hay quienes incluyen a Libia y a Afganistán. Para este ensayo utilizaré el término de Mundo Árabe para referirme a todo la zona de conflicto y aplicaré el concepto de Medio Oriente para casos más concretos.

Retomando las preguntas que plantee al principio, me gustaría iniciar señalando que los factores que han provocado las revueltas varían de país a país, pero es posible identificar elementos comunes en todos ellos, por lo que haré un análisis hablando de toda la región, pero sin el afán de hacer una generalización superflua.

Lo que estamos presenciando en el Mundo Árabe tiene orígenes en factores endógenos y exógenos. En lo interno podemos identificar los siguientes elementos:

- Ausencia de instituciones políticas solidas que permitan el acceso al poder de forma periódica y democrática.
- Presencia de un régimen autoritario, longevo y dictatorial (gerontocracias sanguinarias en algunos casos).
- Amplios grupos marginados y ajenos a los ingresos petroleros o en el caso tunecino, ajenos a los ingresos turísticos.
- Grupos de jóvenes sin opciones laborales ni educativas (ninis del desierto).

En lo externo se pueden señalar las siguientes variables:

- Complicidad de las potencias occidentales con las cúpulas políticas.
- Crisis económica del 2008.
- Influencia de la cultura occidental (ideas de democracia y participación política).
- Presencia de redes sociales como medio de organización (solo como eso, medio de organización).

Estos factores están presentes en el Mundo Árabe con diferentes grados en cada país, pero en general es posible encontrarlos en cada uno de ellos.

Hay dos variables que considero como las más importantes: la existencia de un régimen cerrado que no permite la participación política ni el acceso al poder y la drástica disminución de la calidad de vida de la gente por la crisis económica. Durante muchos años las poblaciones de estos países habían aceptado no con muchos problemas a sus regímenes políticos porque de alguna manera muchos sectores de la población crecieron con esos gobiernos y tenían un nivel de vida no muy precario como para protestar (Libia tiene indicadores de desarrollo humano superiores a los de México). Sin embargo, el boom demográfico que se vivió a mediados de los ochentas, gestó una generación de jóvenes desvinculados política y moralmente con los viejos gobiernos (dudo que los jóvenes libios hayan leído el Libro Verde de Gadafi), influidos por ideas occidentales e inconformes con la falta de oportunidades laborales y educativas. Esta ensalada mezclada ha derivado en amplios grupos organizados que están decididos a cambiar sus países, aunque carezcan de un proyecto de futuro claro.

En cuanto al contagio de las movilizaciones en los países de la región, creo que es importante rescatar el factor de la Umma. Los jóvenes Estados-Nación del mundo Árabe no presentan los mismos rasgos que los del mundo Occidental. Los lazos de identidad nacional no existen o son muy débiles. La gente se identifica con la Umma o comunidad de creyentes del Islam, que se conforma por todos aquellos que profesan la religión islámica, independientemente de su nacionalidad, origen, sexo o condición social. Esto nos dice que lo que pasa en la comunidad de creyentes de Túnez puede influir en Egipto o Libia por el hecho de que el lazo de identidad de esas poblaciones no se limita a fronteras políticas o de nacionalidad. La Umma abarca una gran extensión, por lo que el contagio se puede dar de forma rápida en muchos países de la zona árabe y del Medio Oriente. Es un factor difícil de cuantificar y revisar, pero que sin duda aparecerá en los estudios más profundos que se hagan del tema.

Retomando todo lo señalado arriba es claro ver que el Mundo Árabe y la región del Medio Oriente sin duda son objetos de análisis que nos pueden causar dolores de cabeza a los que formamos parte del mundo occidental, por las variables que contiene y lo complejas que estas son. Pero es necesario que nos esforcemos por tener un buen entendimiento del tema, puesto que lo que ahí se vive esta cambiando en cosa de horas la dinámica del orden internacional y la manera de operar de muchos gobiernos. Si no prestamos la debida atención, algo similar nos podría sorprender por estos lados del mundo.


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lunes, 14 de junio de 2010

La decepción de ser mexicano

Desde que somos infantes y pubertos se nos enseña con un etnocentrismo absurdo y exacerbado que debemos sentirnos orgullosos de nuestro país y de ser mexicanos. Ahora me encuentro en una etapa de mi vida donde he empezado a cuestionar si el simple hecho de ser mexicanos es algo como para sentirse orgulloso.

Veo con detenimiento lo que pasa en mi decadente patria y me pregunto cómo voy a sentirme orgulloso de un país que permite la muerte sistemática de miles de personas por culpa del hambre, la migración, el narcotráfico y la pobreza. ¿Cómo voy a sentirme orgulloso de un país en el que la salud y educación de calidad siguen siendo artículos de lujo?, ¿Cómo enorgullecerme de un país que apuesta su devenir en jóvenes sin educación y sin oportunidades? Es muy difícil gritar Viva México Cabrones con un panorama así.

La cosa empeora cuando me pregunto qué carajos es ser mexicano hoy en día. Digo que empeora porque uno pensaría que la identidad del mexicano es producto de un México bronco que vivió años de guerra, revoluciones y litros de sangre. Producto de un lleno de gente con perfiles tan complejos e interesantes que llamarían la atención de cualquier historiador serio. Pero ahora parece que el ser mexicano solo consiste en portar la “verde”, comer chile (sin albur), pasear en plazas comerciales y decir que somos bien chingones.

Las figuras a seguir no son los miles de individuos que se han reventado la madre por este país mezquino y mal agradecido. Ahora los “héroes” son tipos que mean en los postes cuando meten gol o que salen en un spot diciendo que aman a su patria después de haber dicho que estaba bien jodida. En este panorama desalentador me cuesta demasiado decir que soy orgullosamente mexicano sin antes no haber hecho una pequeña reflexión.

Ahora me pregunto donde quedó ese México bravo, bragado y cabrón que no se deja de nadie. Matan mexicanos en la frontera y nadie dice nada (nuestras autoridades se conforman con hacer un llamado “enérgico”), la impunidad se vuelve a hacer presente con el caso ABC y nadie hace nada, los narcos paralizaron Monterrey con 41 bloqueos y los que siempre critican los cierres viales de los movimientos sociales no han exclamado absolutamente nada (bola de maricas). ¿Qué pasa mexicanos?, ¿Será que el México bronco solo consiste en cortar cabezas y disolver gente en ácido? Yo espero que no.

Estoy seguro que muchos consideraran esta postura como pesimista, sin embargo yo me considero un buen optimista, un optimista informado que lucha por no caer en la ingenuidad de las mayorías. Me considero optimista porque aunque este país esta del carajo, me ha dado todo lo que tengo y por tal razón me niego a verlo sometido en manos de unos cuantos tipos mezquinos, me niego a ver sus esperanzas alienadas a lo que establece el duopolio televisivo y me niego a ver a más mexicanos morir por las razones que sea.

Ahora solo espero encontrar gente que vea el futuro del país en las personas que se rompen la madre todos los días con unos pocos pesos en la bolsa y no en un tipo que mea como perro en los postes de una portería. Espero encontrar gente que vea los cambios en la diversidad de la sociedad y no en una “Iniciativa México”. Vivo con las ganas de encontrar a esa gente para crear algo nuevo y luchar por transformar las condiciones dadas en estos momentos. Si no las encuentro pues ya veré la manera de migrar al Salvador para por lo menos ser uno de los más guapos. Pero por lo pronto creo que debemos seguir en pie de lucha porque muero de ganas por decir que soy orgullosamente mexicano.



Napococo
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martes, 8 de junio de 2010

¿Crear un mundo nuevo o mejorar al que ya tenemos?

Es necesario hacer un mundo nuevo. Un mundo donde quepan muchos mundos,
donde quepan todos los mundos.

Subcomandante Insurgente Marcos

Nuestra arma es nuestra palabra.

Subcomandante Insurgente Marcos

No hablemos de una época de cambio, sino de un cambio de época.

Rafael Vicente Correa Delgado

Tenemos ideales pero también somos pragmáticos.

Rafael Vicente Correa Delgado



Cuando una estructura de poder ve amenazado alguno de sus componentes suele reaccionar preventiva o enérgicamente para acabar con la amenaza. Esto lo vemos en la lógica privada y pública, en todos los niveles de gobierno y en todas las estructuras internacionales. Las constantes amenazas obligan a las estructuras de poder a cooptar, comprar, convencer, negociar o reprimir a los grupos que pueden poner en peligro su estabilidad o su propia existencia. Siempre buscan aplicar las medidas preventivas (convencer, cooptar), pues son estas las menos costosas. Para aplicarlas necesitan de un aparato ideológico que les permita permear a otros grupos con el objeto de convencer y adoctrinar a individuos que puedan representar amenazas futuras.

Lo anterior se ve en muchos aparatos estatales en todo el mundo, pero hay solo un gobierno que puede influir en todo el planeta: el de los Estados Unidos de América. Sus universidades, sus centros de inteligencia e investigación y sus dependencias gubernamentales generan conocimiento que por lo general llega a distintas partes del mundo, ya sean gobiernos o universidades. Dentro de los centros académicos estadounidenses se abren debates permeados por valores e ideas del mundo occidental y de los países desarrollados que después se exportan al resto del mundo.

Las ideas que salen de las universidades estadounidenses y que llegan a otras latitudes son recibidas con confianza o con escepticismo pero son recibidas. En algo muy similar al proceso de lo que Louis Althusser llama los Aparatos Ideológicos de Estado (en este caso serían los aparatos ideológicos de los Estados Unidos de América pero sin la lógica de lucha de clases), la ideología y las tendencias estadounidenses permean a muchas partes del mundo.

Para delimitar esta situación me enfocare únicamente en la influencia que han tenido las construcciones intelectuales de Estados Unidos en la disciplina de las Relaciones Internacionales en el mundo. En la actualidad, dentro de lo que algunos llaman el Tercer Debate, podemos ver la defensa de un pensamiento dominante, de un pensamiento que ha influido profundamente en las decisiones de los policy makers, un pensamiento pragmático que encaja perfectamente con la política exterior de los Estados Unidos. Este es el pensamiento realista, el pensamiento modernista. Es un pensamiento tradicional, con fuertes raíces históricas dentro de la disciplina y con fuertes lazos dentro del pensamiento de muchos políticos y asesores.

Este pensamiento busca mejorar (o mantenerlo así) el mundo en el que vivimos y describir los problemas para darles solución. Esto suena bien, pero el problema que veo es que es un mundo que solo funciona para unos cuantos, por lo que mejorar lo que tenemos ahora no garantiza el bienestar de todos. En este trabajo buscaré explicar la amenaza que representa la posmodernidad para algunos y la esperanza que significa para otros. Mi ensayo tratará de señalar que no basta con mejorar el mundo que tenemos, sino que hay que construir un mundo nuevo, un mundo donde entren todas las voces excluidas, un mundo donde quepan todos los mundos.


¿Para que crear un mundo nuevo si podemos mejorar al que tenemos? Las voces que defienden el establishment.


Los modernistas se enfocan primordialmente en herramientas de análisis como la anarquía, el Estado-nación como eje del sistema internacional, soberanía, poder, delimitación entre lo domestico y lo internacional, y por lo tanto buscan resolver los problemas que tiene que ver con la relación entre Estados, la prevención de la guerra y de las crisis, los procesos de negociación, el mantenimiento de la seguridad y el establecimientos de instituciones y de aparatos legales para la administración pacifica de la política internacional.

Los modernistas creen que estos problemas se deben estudiar para después darles una solución. Dentro de su cosmovisión ellos dan por hecho que estos son los problemas a los que se debe enfocar la disciplina y que además deben ser estudiados sin necesidad de hacer un “inútil” análisis ontológico que pueda retrasar la búsqueda de soluciones reales. Por esta razón los modernistas ven en los posmodernos o posestructuralistas (en este trabajo me referiré a ellos sin distinción alguna) una amenaza para el trabajo que ellos han hecho y una fuerte amenaza para la institución de la teoría.

Un posmodernista cree que es necesario conocer la esencia de las cosas para ver si se están estudiando las cosas bien y si puede mejorar el proceso de aprendizaje. El modernismo lo considera una pérdida de tiempo, un esfuerzo inútil que solo retrasa la búsqueda de respuestas a las interrogantes que ocupan a los Estados en el mundo.

Los modernistas ven un grupo muy radical en los posmodernistas, puesto que son un peligro para el trabajo tradicional de la disciplina de las Relaciones Internacionales y para sus instituciones más longevas. Pero a pesar de esto, los realistas y modernos han visto la necesidad de adaptar elementos que habían dejado de lado como es el caso de una mayor interlocución entro el trabajo ontológico y epistemológico. También retoman actores que habían sido excluidos de la agenda de la disciplina y que los posestructuralistas defienden con fervor. Sin embargo todo esto lo han hecho bajo un marco de análisis que descansa en las viejas herramientas de estudio (el Estado-nación continua siendo el eje central) y con el propósito firme de darle solución a lo que ya existe sin tener que poner en duda si se ha hecho bien lo anterior.

Desde mi punto de vista, el trabajo de los modernistas y realistas ha servido para legitimar, apoyar y beneficiar muchas de las medidas tomadas por países occidentales, en especial de Estados Unidos (algunos los considerarían como unos “pitiyanquis” o “cachorros del imperio”) . No me parece exagerado cuando los posmodernos argumentan que el trabajo de los modernistas es utilizado en ocasiones para servir intereses particulares. A esto se le suma que el pragmatismo y la soberbia modernista suele excluir otras ideas, otras voces y otros pensamientos. No tienen interés en conocer a los que se ven afectados por las decisiones del Estado, o las víctimas de una negociación fallida. Su trabajo puede llegar a limitarse a ver el éxito que puedan llegar a tener sus ideas en la práctica de la política exterior de los países más poderosos. No importa que el resto del mundo no se beneficie por su trabajo.

Los modernistas y realistas creen que su trabajo ha sido bastante fructífero, pues ven sus esfuerzos aplicados en el dominio estadounidense. EUA demuestra con claridad que los ejes centrales del realismo son ciertos y que funcionan a la perfección. Intentar cambiar los cimientos que los modernistas han construido dentro de la disciplina de las relaciones internacionales representa una amenaza para su trabajo y para la vigencia de sus ideas. Lo mejor para ellos es defender lo que se ha hecho hasta ahora y continuar bajo los mismos esquemas y las mismas instituciones. El problema, desde mi punto de vista, radica en que su trabajo sólo le funcionado a unos cuantos, por lo que es necesario replantear nuevamente las cosas y a partir de ahí construir soluciones para todos.

La necesidad de crear un mundo nuevo, un mundo para todos.


La disciplina de las Relaciones Internacionales ha estado dominada por una aristocracia intelectual proveniente de países occidentales que suele excluir ideas disidentes a las suyas por considerarlas inútiles o fantasiosas. Por esta razón los nuevos debates deben ser un espacio donde las voces disidentes, lo grupos excluidos y marginados deben dar la batalla para poner en duda el discurso dominante impuesto por los modernistas y de esa manera proponer una nueva construcción intelectual incluyente que de un espacio de expresión a los que nunca la han tenido.

Los posestructuralistas parten de la idea de que vivimos en un universo lingüístico, por lo que los discursos y los códigos gobiernan nuestro conocimiento y nuestra forma de ver nuestra realidad. El discurso dominante ha sido el impuesto por un pequeño grupo de intelectuales orgánicos de occidente que ven el modernismo y el realismo como los mejores marcos para encontrar las "leyes universales" que controlan el mundo. Es tarea histórica de los posmodernos luchar por reconfigurar los esquemas impuestos por los modernistas y crear nuevas intertextualidades que hagan ver la diversidad de lenguajes, signos, ideas y opiniones que hay en el mundo.

Hay una enorme oportunidad para los intelectuales y para los grupos excluidos en general para hacerse escuchar en un mundo donde solo han hablado unos cuantos. Latinoamérica, África, Asia y Europa del Este pueden manifestarse para crear bases nuevas que expresen la diversidad con que vivimos, bases intelectuales que refuten los valores impuestos por la modernidad con él a veces absurdo pretexto de que hay valores universales que todos deben respetar. Creo que estamos cambiando a una nueva época, una época donde todos pueden ser escuchados.

Los modernos se defenderán con todos los recursos que estén a su alcance pero los posmodernos pueden usar la palabra como su arma principal, como el mejor medio para demostrar que las bases y las instituciones que le dan sustento al mundo están fallando y solo le sirven a algunos cuantos.

Es necesario hacer esto para que a partir de nuevos y plurales discursos y códigos se pueda construir una realidad que le de espacios a todos y que busque soluciones para la humanidad en su pluralidad. Es importante desarrollar nuevas herramientas de análisis que vayan más allá del Estado-nación y de la antigua correlación de fuerzas. Hay que poner en la mesa de discusión la importancia de las minorías excluidas hasta hoy como los son los movimientos feministas, indígenas, obreros, homosexuales, étnicos, entre otros. Al igual que los posestructuralistas soy de la idea de que primero se debe revisar la manera en que se están analizando las cosas para empezar a estudiar el mundo en su diversidad. A partir de ahí creo que se necesita construir nuevos discursos que contengan significantes utilizados con anterioridad pero con significados aterrizados a la realidad que vive cada caso de estudio.

Todo lo anterior se debe hacer bajo ideales claros pero también es importante ser pragmático para aterrizar las cosas a la realidad y comenzar a transformar la sociedad. Así como los administradores públicos en países occidentales han llevado a la práctica mucho del trabajo modernista y realista, creo que los grupos marginados y olvidados deben plasmar en la realidad la lógica posmoderna.

En México el EZLN se ha mostrado como una escuela excelente de cómo se puede aterrizar el posestructuralismo en la realidad. Considerada como la primera revolución posmoderna, el movimiento zapatista usó las armas para captar la atención de todos pero uso las palabras, los signos y los símbolos para demostrar que el Estado había fallado con sus tareas y que faltaba mucho por hacer en el mundo indígena. Algunos críticos señalan que palabritas y poemitas no pueden mejorar una sociedad, pero es de notar que esas palabritas hicieron que el gobierno autoritario y soberbio de Salinas de Gortari insertara el problema indígena en la agenda pública y que incluso el día de hoy la Ley Indígena siga siendo tema de interés para el Estado mexicano.

Así como los pueblos indios demostraron que construyendo discursos se puede cambiar la realidad, creo que numerosos grupos de todo tipo pueden ir cambiando la realidad mundial. Se tiene que librar primero una batalla dentro del mundo académico, intelectual y mediático para arrebatarles el discurso dominante a los aristócratas que lo controlan, o al menos quitarles un pedazo. A partir de esto es importante desarrollar un trabajo intelectual encaminado a resolver los problemas que afectan a la población mundial y que los modernistas nunca se enfocaron a resolver.

Los posmodernos están inmersos en una batalla histórica donde el triunfo puede significar el fin de una época de exclusión y el inicio de la expresión del mundo en la diversidad de sus voces. Se puede dar inicio a la construcción de un mundo nuevo, un mundo donde quepan muchos mundos, donde quepan todos los mundos.
Bonuspack.- Vean el mundialpero no dejen de leer el periódico por favor.
Napococo

jueves, 8 de abril de 2010

Instrucciones para cambiar el mundo

Esto fue escrito en los primeros años de desarrollo del EZLN en la sierra chiapaneca. Me agradó mucho y decidí compartirlo con ustedes. Después formalizaré mi propuesta para cambiar al país pero por lo pronto pongo esto para fortalecer nuestro espíritu “revolucionario”.

Instrucciones para cambiar al mundo:

I Constrúyase un cielo más bien cóncavo. Píntese de verde o de café, colores terrestres y hermosos.

Salpíquese de nubes a discreción.

Cuelgue con cuidado una luna llena en occidente, digamos a tres cuartas sobre el horizonte respectivo.

Sobre oriente inicie, lentamente, el ascenso de un sol brillante y poderoso.

Reúna hombres y mujeres, hábleles despacio y con cariño, ellos empezarán a andar por sí solos.

Contemple con amor el mar.

Descanse el séptimo día.

II Reúna los silencios necesarios.

Fórjelos con sol y mar y lluvia y polvo y noche. Con paciencia vaya afilando uno de sus extremos. Elija un traje marrón y un pañuelo rojo. Espere el amanecer y, con la lluvia por irse, marche a la gran ciudad. Al verlo, los tiranos huirán aterrorizados, atropellándose unos a otros. Pero... ¡no se detenga!... la lucha apenas se inicia.

Selva Lacandona, Chiapas, México. 1984-1989.
Desde las montañas del Sureste Mexicano.
Subcomandante Insurgente Marcos.
Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
México.


Bonus-Pack.- Por favor ya no se fijen el caso de Paulette o como se escriba. Hay que mirar al norte. Tenemos un terremoto con 25,000 damnificados, hay una violencia descontrolada y el ejercito anda matando niños. Por favor reaccionen.

Napococo

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martes, 23 de marzo de 2010

¿Es México un Estado Fallido?

Los hechos acontecidos en Monterrey en los últimos días (los narco-bloqueos, los dos estudiantes asesinados por fuego militar y las negociones de alcaldes con criminales) han regresado el tema del Estado Fallido a discusión. Son varios los que me han comentado que es exagerado catalogar a nuestro país como un Estado Fallido, pero también son varios los que me han dicho que sí es fallido.

Para tratar de formalizar la discusión voy a darle un acercamiento académico al concepto de Failed State para a partir de ciertas ideas determinar si somos o no un Estado Fallido.

Los Estados Fallidos no son un concepto nuevo. La idea ya se manejaba en el Leviatán de Hobbes cuando se hacía referencia a los daños que había recibido Inglaterra por la armada española durante 1588. En el mundo académico apareció el concepto hace aproximadamente una década, sin embargo el término comenzó a gestarse en la década de 1960, cuando la expresión empieza a adoptar algunas características actuales.

En la década de los 60 la ONU calificó a la colonización como un proceso que atentaba contra los Derechos Humanos y contra la carta de esa organización. A partir de ahí el proceso de descolonización en África dio origen a numerosos Estados reconocidos por la comunidad internacional, pero con solo pretensiones doctrinales de soberanía más que realidades políticas. Las bases económicas y políticas de esos países fracasaron para iniciar una etapa de desarrollo. Esto dio origen al concepto de quasi-Estados, idea que antecede a la de Estado Fallido.

Cuando termina la Guerra Fría las dos súper potencias perdieron el interés en apoyar a los países subdesarrollados, dando pie así a un incremento de países débiles, el surgimiento de movimientos independentistas y el desarrollo de más operaciones de establecimiento o mantenimiento de la paz y de intervenciones humanitarias. Es en esta época donde surge el concepto de Estado Fallido, pero sin la concepción de un fenómeno generalizado (se veía como un problema regional aislado).

Fue a finales de los 90s que el concepto de Estado Fallido abandona su lado humanitario para posicionarse como un término que resguarda amenazas para la seguridad internacional. Esta idea alcanzó su clímax a nivel internacional después de los atentados del 11 de septiembre. La Doctrina Bush adopta este concepto para tratar de minimizar los escenarios de ingobernabilidad y violencia propicios para la aparición de redes terroristas (por esta razón algunos creen que el concepto tiene un origen imperialista).

En un sentido más teórico, la definición de Failed State se usó por primera vez por Gerald Herman y Steven Ratner (1993). Ellos se referían a un Estado que se estaba volviendo incapaz de sostenerse a sí mismo como miembro de la comunidad internacional, poniendo así en riesgo a sus ciudadanos y a los países vecinos.

Para Robert H. Jackson los Estados Fallidos no pueden garantizar seguridad domestica, orden y paz, debido principalmente a sus deficiencias políticas. Para Michael Nicholson los Estados que fallan son aquellos que fracasan en dos sentidos: no pueden ofrecerle a sus ciudadanos lo básico como seguridad y estabilidad y además fracasan al no poder operar en el sistema internacional como actores.

Daniel Thürer ve el término de Estado Fallido como referente del colapso total o parcial de las estructuras y/o instituciones encargadas de mantener el orden y el imperio de la Ley en un país (todo esto acompañado por una ola de violencia). Esta idea se acerca a la de Estado colapsado, sin embargo hay una diferencia. En Estado colapsado es un Estado Fallido en grado avanzado.

Thürer también señala que un Estado Fallido, a pesar de retener su capacidad legal, ha perdido las facultades para ejercerla. Aquí el Estado pierde el monopolio de la fuerza y se da pie al desmoronamiento de las instituciones que deben garantizar la seguridad y la estabilidad (generalmente esto se ve cuando cuerpos de policía, las Fuerzas Armadas y los órganos judiciales ya no pueden operar correctamente).

Desde un punto de vista sociológico el concepto se puede ver desde la concepción de dos autores. Desde la lógica de Max Weber el Estado ha perdido su núcleo, ha perdido el monopolio de la violencia física, esto es que los órganos encargados de brindar seguridad y de aplicar la Ley han colapsado o han comenzado a ejercer actividades para las que no fueron creadas (desde la lógica del mismísimo Max Weber México sí es un Estado Fallido). Esto sugiere que el orden y la seguridad han sido destruidos y por lo tanto se ha retrocedido a un estado de guerra hobbsiano.

Por otro lado Robert H. Dorff sostiene que los Failed States son aquellos que han perdido su capacidad para desempeñar sus tareas básicas inherentes y por lo tanto pierde también su legitimidad. Esto genera una espiral de violencia donde la falta de apoyo y aceptación le impide al gobierno regenerar las áreas que presentan más deficiencias.

Analizando todo lo anterior es posible ver que el concepto de Estado Fallido se ha convertido en un significante en poco tiempo. Esto hace complicado su uso, pero tratando de condensar las ideas de los autores anteriormente citados podemos señalar características comunes: incapacidad de los órganos del gobierno de brindar seguridad y estabilidad, pérdida del monopolio del uso la fuerza e imposibilidad de ejercer el imperio de la Ley. Estas características embonan perfectamente en la realidad política de México, por lo que puedo afirmar que nuestro país sí es un Estado Fallido.

Por favor analícenlo y comenten y/o propongan algo al respecto.


Bonus-Pack.- Los chistes ya están listos, antes de que termine semana santa estarán en Youtube.

Napococo
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lunes, 15 de marzo de 2010

El México Gordo

Es paradójico que los gordos, siendo un grupo mayoritario sean discriminados en nuestro país. Después de que se diera a conocer que México es el primer lugar con problemas de obesidad, se desató una espantosa campaña contra este problema de salud. A nuestras brillantes autoridades federales se les ocurrió limitar y controlar los alimentos de las personas, especialmente la de los niños que asisten a la primaria y secundaria ¡Esto sí es una descocada estupidez!

En lugar de cuestionar la falta de infraestructura deportiva, el fracaso absoluto de la CONADE, la falta de incentivos para los deportistas mexicanos y la carencia de buenos programas deportivos en el país, el Gobierno Federal empezó a restringir el consumo de comida chatarra en las escuelas y anexo a esto comenzó a lanzar una serie de spots que promueven el mentado PrevenIMSS. Creo que no se han dado cuenta de dos cosas: 1) la gordura no se combate restringiendo los alimentos de la gente, eso solo atenta con las libertades de las personas y que 2) tanto Carstens como Gómez Mont ponen en evidencia que PrevenIMSS es un absoluto fracaso.

El problema no es la comida, es el estilo sedentario de vida que tenemos muchos de los mexicanos. La solución tiene que ver con el incentivo de las actividades deportivas y el combate a las mafias que controlan la CONADE. Debe haber espacios donde los niños y los jóvenes puedan correr, jugar y desempeñar actividades físicas que les permitan quemar las calorías necesarias para mantener un nivel de grasa corporal saludable. El deporte además aleja a los jóvenes de los vicios, o al menos les permite contrarrestar parte de sus efectos (hay deportistas que se curan las crudas dando grandes juegos o carreras).

El gobierno Federal debe replantear su estrategia en esta “Guerra contra la gordura” (esta será otra guerra fallida si continúan con sus programas actuales). Limitar las libertades culinarias de los gordos sí puede ser una razón para que haya un estallido social, por lo tanto creo que sería mejor incentivar el deporte por todo el país.


Napococo
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